¿Cómo arreglar una gabardina de hombre? Materiales e instrucciones

Las gabardinas son accesorios imperativos para mantenernos calientes y secos en tiempos lluviosos y de bajas temperaturas, además de ser prendas bastante elegantes y funcionales que se pueden utilizar en diversas ocasiones. Con esto en mente, es natural que cuidemos bien de nuestras gabardinas para promover su durabilidad. Sin embargo, ¡los accidentes suceden! 

Es posible que a lo largo del tiempo nuestras gabardinas se dañen de alguna manera, ya sea por un rasguño, desgaste o incluso partes descosidas. En estos casos es muy importante llevar a cabo una reparación rápida a fin de que estos daños no crezcan o empeoren, así como para proteger nuestra salud en los casos más severos. 

Considerando estas emergencias, hemos preparado esta nota para que puedas conocer todas las herramientas y los pasos necesarios para remendar estas prendas de invierno mediante varias técnicas. De esta manera, será mucho menos costoso que comprar una

gabardina

nueva o que enviarla reparar, ¡además de que se trata de una nueva experiencia para nosotros! Con esto en mente, ¡comencemos!

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Materiales y herramientas infaltables

No podemos dar los primeros pasos en la reparación de una gabardina sin conocer qué elementos requerimos para hacerlo. Por lo tanto, hay que cerciorarnos de que los siguientes materiales y herramientas están presentes en el hogar o comprarlos de ser necesarios.

  • Kit de reparación con aguja, hilo, descosedor y parches 

  • Tijeras

  • Plancha

  • Alfileres

  • Cinta métrica

  • Lienzo u holandilla

Revisión general

Es muy común descubrir daños en nuestras ropas en general por casualidad, sin embargo, es recomendable siempre hacer una revisión general de estas cada tanto, sobre todo al tratarse de prendas como las gabardinas que, debido a su tela, se pueden desgastar o cortar con facilidad. 

En este sentido, lo mejor es estirar nuestra gabardina sobre una superficie plana a fin de identificar daños o desgastes tanto del lado frontal como de la espalda. Para empezar, es bueno revisar primero los puños, la

capucha

(si cuenta con una) y todas las partes que cuenten con costuras. Después, podemos revisar con los dedos los bolsillos y el estado de los cierres.

Los daños más comunes

El problema más común que podemos encontrarnos tiene que ver más que nada con el desgaste de las telas, sobre todo en zonas sensibles como el interior de los bolsillos, los cuales se desgastan con la humedad; y en los codos, por una fricción constante con diferentes superficies. El desgaste implica un adelgazamiento de las telas y estas se pueden arreglar con parches o la instalación de un lienzo intermedio.

Por otro lado, las rasgaduras también son comunes en estas prendas y ocurren simplemente por un uso constante de ellas, sobre todo en épocas de invierno durante actividades recreativas al aire libre. Estas pueden tratarse tanto de agujeros o cortes que se pueden coser con facilidad o emparchar, de acuerdo al tipo y tamaño del daño presente. 

Otros problemas que podemos encontrar en las gabardinas de invierno son botones rotos o que se están desprendiendo así como cierres atascados o dañados.

Desgastes: cómo “maquillar” nuestra gabardina

Con una revisión constante de nuestras gabardinas, la presencia de los desgastes no puede ser demasiado grande, por lo que estas se pueden parchar con facilidad y logrando resultados excelentes y de gran durabilidad, sobre todo si se trata de gabardinas de colores sobrios como negros o grises oscuros.  

Para reparar desgastes podemos utilizar el combo clásico de hilo y aguja, aunque aquí recomendamos utilizar parches de tela, esto se debe a que a diferencia del hilo estos también devuelven su carácter

impermeable

a las gabardinas. Los parches de tela, en este sentido, deben ser un poco más grandes que el área que buscamos reparar.

Los parches de tela, en este caso térmicos, se pueden instalar tanto fuera como por dentro de la gabardina. Una vez colocados debemos sujetarlo con alfileres y, pasamos solo por encima del parche (¡nunca sobre la tela sana de la gabardina!) una plancha a calor intermedio para que se fije bien con el resto de la tela. Así, esta zona desgastada puede volver a ser segura para vestir como nueva. 

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Rasgaduras: los “viejos y confiables” hilo y aguja

Las rasgaduras, como indicamos anteriormente, pueden tratarse tanto de hoyos pequeños como cortes en la tela externa principal de las gabardinas. En este caso, el mejor método de reparación para estas se basa en el uso de hilo y aguja. El color del hilo debe ser el más parecido al de la tela a fin de que la prenda parezca lo menos remendada posible.

Para esto debemos enhebrar el hilo elegido en la aguja y coser la rasgadura mediante un tipo de punto preferido, el cual puede ser simple o de sobrehilado, para poder unir los bordes contrarios del área dañada. 

Es imprescindible que en cada punto mantengamos presión sobre los lados de la rasgadura para que no se generen arrugas en la zona. Al final, solo queda hacer un pequeño nudo al final de la costura y cortar el hilo sobrante con una tijera de buen filo.  

¿Cómo arreglar o instalar botones?

Es muy común que los botones se encuentren levemente sueltos en estos

abrigos

, aunque también existen casos en los que estos, de la nada, se pierden durante una salida. En el último ejemplo, solo queda comprar botones de repuesto para nuestra gabardina o similares y coserlos de nuevo en su lugar con la misma técnica que veremos a continuación. 

Coser un botón es aún más fácil que reparar rasgaduras, como vimos en párrafos anteriores. Luego de enhebrar la aguja con un hilo de color que combine con la gabardina debemos colocar nuestro botón en el espacio que le corresponde y pasar la aguja e hilo por uno de sus dos o cuatro agujeros, dependiendo del modelo del botón, y luego por la tela, intercalando entre sus agujeros en forma en cruz.  

Finalmente, como en el caso de las rasgaduras, debemos hacer un nudo con el hilo en la parte interior de la tela y luego cortar el exceso de este. 

Cierres: reparación y reemplazo

Como dijimos antes, los cierres pueden tener fallas de costura o estar atascados o rotos, lo que implican arreglos que pueden ser sencillos como más complejos. Estos cierres pueden necesitar tanto una reparación como un reemplazo total, en caso de que los dientes de estos se encuentren torcidos o rotos. 

¿Cómo reemplazar un cierre de gabardina?

Naturalmente, para los cierres que necesitan un reemplazo, lo primero que debemos tener a mano es un cierre nuevo que se ajuste a la medida de la gabardina y, en segunda instancia remover el cierre dañado. Para esto podemos usar un descosedor o un alicate para cortar la sutura del cierre a la tela de esta prenda.

Instalar un cierre nuevo puede parecer un desafío, pero con la paciencia y cuidado adecuado esto se puede lograr en tan solo un par de minutos. El primer paso es colocar en su lugar correcto el cierre nuevo, siempre evitando que este se encuentre sobre la tela impermeable interna de la gabardina. Una vez logrado este paso, debemos sostenerla en ese lugar utilizando una serie de alfileres. 

Para coser el cierre nuevo a nuestra gabardina podemos utilizar técnicas de punteo fuertes como el pespunte de hilo doble y el sobrehilado que son muy fuertes y seguras tanto para una instalación del cierre como para la tela de estas prendas. También es posible utilizar una máquina de coser, aunque esa habilidad no es muy común y estos equipos no siempre los tenemos a mano en casa.

¿Cómo evitar daños con un mantenimiento básico?

Ahora que sabemos cómo reparar y remendar nuestras gabardinas y otras ropas semejantes para enfrentar el frío, es necesario también conocer cómo cuidarlas y mantenerlas en perfecto estado a fin de evitar daños a largo plazo. 

Un aspecto que puede parecer obvio pero que muchas veces se pasa por alto consiste en mantener las gabardinas limpias. Esto se logra evitando el uso de lavadoras y agua caliente. Lo ideal es hacer un lavado a mano que sea suave para proteger las telas más sensibles con agua fría y un detergente que no sea corrosivo o demasiado potente, y dejar la gabardina secar al aire libre. 

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Conclusiones finales

Reparar y hacer reemplazos en estas gabardinas puede parecer una tarea compleja, pero con un poco de paciencia y las herramientas adecuadas esto se puede lograr en un tiempo relativamente rápido. Es importante recordar también que debemos mantener nuestras gabardinas en buen estado, limpias y contar con todos los elementos necesarios para remendarlas en el hogar.

¡Ahora puedes ahorrarte la compra de una gabardina nueva con tus nuevas habilidades de reparación!