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Imagen de Cristo resucitado 66 con bandera de color pintada a mano con Jesús
Lo que tienes que saber de este producto
- El tema de la escultura es la religión.
- Dimensiones: 35 cm de ancho, 66 cm de alto y 18 cm de largo.
- Tiene una base.
- Hecho de yeso.
Características del producto
Características principales
Fabricante | Artesanato Perola |
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Modelo | Cristo |
Personaje | Resucitado |
Tipo de obra | Réplica |
Tipo de escultura | Religiosa |
Color | pintura a mano |
Otros
Temática de la escultura | Religión |
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Material | Yeso |
Largo x Ancho x Altura | 18 cm x 35 cm x 66 cm |
Peso | 10 kg |
Con base | Sí |
Descripción
IMAGEN DE CRISTO RESUCITADO
ALTURA 66 CM
LARGO 18 CM
ANCHO 18 CM
COLOREADO
BASE DE MADERA
BANDERA BORDADA
HECHA DE YESO
La resurrección de Jesucristo es el acontecimiento más importante de la historia. Es el misterio del amor absoluto por la humanidad lo que da sentido y centraliza toda la vida cristiana. Toda nuestra fe se basa en ello: somos cristianos. La resurrección de Cristo es la anticipación de lo que les sucederá a los buenos hijos de Dios. Somos hijos de la eternidad. Recordemos el texto de la carta de San Pablo a los cristianos de Corinto: Si solo para esta vida ponemos nuestra esperanza en Cristo, somos, de todos los hombres, los más dignos de compasión. (1Cor 15:19)
La Sagrada Escritura nos muestra que Dios, omnipotente en su sabiduría y providencia, creó al hombre y a la mujer para que fueran sus hijos y colaboradores, pero pecaron sin respetar la ley divina y se aislaron de el Señor. En este escenario, aparece Jesús, que es el Cristo, el Ungido, nuestro Salvador. A través de Jesús, se restauró lo perdido, se renovó lo viejo. Jesús se convirtió en el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin.
El Espíritu Santo, enviado por Jesucristo, ilumina nuestra inteligencia e infunde su amor en nuestros corazones para que podamos vivir personalmente la Pascua del Señor. La experiencia personal de la Pascua hace que una persona sea sabia y fuerte a lo largo de los años, capaz de alegrarse con los que se alegran, de entristecerse con los que sufren, de satisfacerse en cualquier circunstancia, porque aprende el secreto para afrontar la suficiencia y el hambre, la abundancia y la necesidad, afirmando con San Pablo: Todo lo puedo en aquel que me consuela (Flp 4, 13). Una verdadera experiencia pascual hace que una persona sea consciente de que forma parte de la comunidad cristiana. Como discípula de Jesús resucitado, está llamada a construir la comunión eclesial en su comunidad.
Estamos familiarizados con la expresión: Nuestro Señor Jesucristo. Esta Pascua estamos invitados a aceptarla con todo lo que significa para nosotros: Señor de mi vida, Señor de mi actividad, Señor de mi hogar, Señor de mis planes.
Feliz Pascua, feliz vida nueva, feliz experiencia de Jesucristo resucitado.