DualShock 4 vs. Controladores de Xbox One

Al igual que cada marca de videoconsolas está caracterizada por ciertos detalles que las hacen únicas, cada

está acompañada por un controlador que la distingue. Así, mientras PlayStation y Xbox son dos grandes nombres en el mundo de las consolas, sus joystick DualShock 4 y los mandos de la Xbox One son dos productos reconocidos dentro del catálogo de controles.

En este artículo, te proponemos un recorrido por las diferencias entre los

DualShock 4

vs. Xbox One, teniendo en cuenta el diseño, rendimiento, características, tecnologías innovadoras, compatibilidad y otros factores para poder realizar una decisión informada y así tener una experiencia de juego inmersiva.

El DualShock 4 fue lanzado para la consola PlayStation 4, de Sony, mientras que los mandos de la

One fueron diseñados para la consola del mismo nombre, fabricada por Microsoft. 

Algunos de los factores en los que se relacionan, de manera que pueden establecerse similitudes y diferencias, son:

Mientras que el Dualshock 4 presenta unas medidas de 162mm x 52mm x 98mm y un peso de aproximadamente 210 gramos, los

de la Xbox One tienen un tamaño de 150mm x 105mm x 65mm y pesan alrededor de 280 gramos, por lo que son más pesados que el modelo de Playstation.  

Los gamers pasan gran cantidad de horas jugando, por lo que necesitan controles que les permitan afrontar estos desafíos sin causar molestias. 

En este sentido, ambos controladores tienen diseños ergonómicos que buscan adaptarse de la manera más cómoda a las manos del jugador. Dentro de esta categoría, cabe destacar la incorporación de agarre texturizado propuesta por el controlador de la Xbox One. 

El

4 y el controlador de la Xbox One ofrecen una distribución estándar en lo que respecta a los botones, ya que incluyen comandos direccionales, botones de acción “X” o “A”) y gatillos. 

El

Dualshock

4 incorpora los siguientes botones: además de los mencionados botones de acción (con las formas tradicionales de triángulo, círculo, cuadrado y equis), los botones superiores (L1 y R1), los gatillos analógicos (L2, R2) y los botones laterales (L3, R3), cuenta con PS, Share, Options, D-pad y panel táctil.

Por su parte, el

control

de Microsoft también incorpora los clásicos botones de acción (con la forma A, B, X, Y), los botones superiores (LB y RB) y laterales (LSB, RSB) y los gatillos analógicos (LT y RT).

Además, suma los botones de Xbox (una de las incorporaciones destacadas de este producto, ya que permite un acceso rápido al menú principal), Menú, Vista y D-pad.

Una de las funciones más novedosas que incorporó el

con respecto a sus predecesores fue un panel táctil en la parte frontal, de manera que el usuario pueda interactuar con juegos y menús solo con deslizar sus dedos sobre él. 

Para generar una experiencia de juego más completa, este control también incluye:

El

, por su parte, cuenta con gatillos vibratorios, lo que otorga una retroalimentación táctil precisa y, así, genera una experiencia más inmersiva durante el juego. 

Aunque ambos controles cuentan con la modalidad inalámbrica y pueden conectarse a sus respectivas

a través de la tecnología Bluetooth (eliminando, así, la necesidad de cables), también incorporan la opción de funcionar mediante cable USB en caso de que el usuario lo prefiera. 

En el caso de los Dualshock 4, el puerto USB sirve tanto para cargar la batería como para conectarlo al sistema. El controlador de la Xbox One, por su parte, accede a la tecnología inalámbrica gracias a Xbox Wireless.

Gracias a su conexión Bluetooth, el Dualshock 4 puede ser compatible con dispositivos móviles y PC, además de poder usarlo para jugar en otros sistemas además de la

PlayStation

4. 

El

comparte alguna de estas funciones, ya que puede conectarse con la PC a través del cable USB o mediante un adaptador inalámbrico específico. Además, presenta compatibilidad con otros productos, tales como Windows 10 y Xbox Series X/S.

El Dualshock 4 presenta una batería integrada de litio recargable. Por su parte, el control de la Xbox One incorpora una batería AA o batería recargable de Xbox One Play and Charge Kit.

Al ser inalámbricos, la duración de la batería es un factor clave a la hora de considerar estos controles. En este sentido, ambos mandos tienen baterías recargables, que permiten varias horas de juego antes de que sea necesario recargarlas.

Aunque el DualShock 4 y el controlador de Xbox One tienen precios similares, los usuarios pueden encontrar variaciones según la región y la disponibilidad.

A la hora de comparar los controladores, también es necesario hacer mención a las

que los acompañan. 

Cabe señalar que ambas consolas han contado con diferentes actualizaciones. Por un lado, la PS4 contó con versiones como la Slim (destacada por su tamaño compacto) y la Pro (caracterizada por ciertas mejoras de hardware que permitían acceder a tecnologías como mejor resolución de imagen).

Por otro lado, la Xbox One fue sucedida por la Xbox One S (con modificaciones en lo que respecta a diseño) y por la

Xbox One X

(con mejoras de hardware). 

Sin embargo, sus modelos originales presentan las siguientes similitudes y diferencias:

Ambas comparten una CPU basada en tecnología AMD Jaguar con 8 núcleos, por lo que son equivalentes en lo que a potencia se refiere.

La tecnología AMD también es utilizada para la tarjeta gráfica de ambas consolas, aunque presente ciertas diferencias. Por un lado, la PS4 incorpora una Radeon de 1,84 TFLOPS, mientras que la Xbox One presenta una Sea Islands de 1,31 TFLOPS. 

Si bien ambos productos cuentan con una memoria de 8GB, la de la PS4 funciona con un sistema DDR5, que es mejor que el DDR3 de la Xbox One. 

Tanto la PlayStation 4 como la Xbox One cuentan con modelos de 500GB y de 1TB de almacenamiento.

A pesar de las diferencias en la tarjeta gráfica, ambas alcanzan los 1080p de resolución. 

Aunque todos los comandos comparten ciertas características de base, no todos son iguales. ¿Cuáles son los factores fundamentales al considerar comprarte un

mando

? 

Existen dos categorías marcadas en lo que respecta a este factor. Por un lado, podrás encontrar los controladores con cable que, al no tener batería integrada, son más livianos y tienen un excelente rendimiento, pero que presentan la desventaja de poder enredarse y, así, que se rompa el cable.

Por otro lado, los controles inalámbricos ahorran las molestias del cableado, pero incorporan la preocupación por la batería. Sin embargo, presentan la ventaja de ser más transportables.

Hemos mencionado la importancia de la arquitectura ergonómica de los joysticks, sobre todo para aquellos gamers que pasan muchas horas seguidas jugando. 

A este factor, se le suma la consideración del tamaño (no debe ser ni demasiado grande ni demasiado pequeño) y el peso, que suele aconsejarse entre 200 y 300 gramos.

Dentro de las variaciones en cuanto a diseño, podrás elegir entre controles simétricos (como aquellos de la PS) o asimétricos (la alternativa de Xbox).

Como hemos mencionado, algunos controladores son compatibles tanto con videoconsolas como con ordenadores. Sin embargo, es aconsejable que los usuarios revisen esta especificación técnica en particular, en caso de que sea de su interés.

La sensibilidad de mando es un aspecto esencial a tener en cuenta, ya que está relacionado con la capacidad de respuesta y a la velocidad a la que el mando reacciona cuando el jugador hace un movimiento. 

Así, los gamers más exigentes pueden personalizar la sensibilidad de mando y lograr que las acciones que realizan se reproduzcan con exactitud en la pantalla. 

No todos los controladores comparten diseño, por lo que existen modelos que agregan botones o gatillos. Así, los jugadores podrán elegir el producto que más cómodo les resulte, de acuerdo a la fluidez que busquen alcanzar en el juego.

Tanto Sony como Microsoft son empresas de calidad, reconocidas por su potencia y por su trayectoria. Así, el Dualshock 4 y los mandos de la Xbox One ofrecen opciones eficaces, innovadoras y enfocadas en generar una experiencia única e inmersiva para el usuario.

De esta manera, la elección final quedará en el jugador, sus preferencias y exigencias, ya que ambas empresas cuentan con detalles que las distinguen de su competencia.

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